Dicen que las buenas amistades permanecen para siempre...
...eso es algo que me ha enseñado la vida, y estarás pensando: ¿pero tú mocosa qué sabrás de amistad con 16 años? Creedme que esa lección la tengo bien aprendida aunque no haya sido de las mejores maneras.
Hoy quiero dar las gracias a todos aquellos que puedo llamar amigos, gracias por hacerme ser quién soy, por reír y llorar conmigo, por avergonzase de mi cuando hago el parguelas, por sentir suyo lo que es mío y dejar que yo sienta mío lo suyo, por escucharme cantar una y mil versiones de TODAS las canciones que pueden existir en este mundo, por hacerme valorar algo tan pequeño como una sonrisa, porque en realidad es algo gigante, incluso por hablar conmigo por teléfono aun estando de fiesta, pero sobre todo quiero daros las gracias por todos esos momentos en los que estáis a mi lado a pesar de sentirme sola.
Puedo afirmar que me acuerdo de como comenzaron todas mis amistades con vosotros y también puedo saber que no acabarán nunca, al fin y a cabo si acaban no son de verdad y estoy convencida de que sois los mejores amigos que podría haberme dado la vida.
Hay amistades de toda la vida, amistades que dieron un parón de años y se retomaron en un parque de Gijón, amistades que comenzaron con un: Hola, mi madre conoce a la tuya, ¿eres esa que tiene muchas hermanas no?, la música me ha unido a muchas personas, también hablemos de aquellas amistades que he hecho en la Universidad de Santiago, a mi tetraío calavera y a todos aquellos que me vieron con queso philadelfia en la cara en la residencia fonseca, incluso me sé de una que comenzó en un avión y después enterrando pelos morados, la beca no se queda corta, me ha dado un grupo de amigos genial que aunque estén un poco lejos sé que puedo contar con ellos las 24/7.
Por eso y por mucho más quiero que sepáis que sois uno de las mayores tesoros que tengo. Os quiero.
Ahora y siempre.
Marina.
(Ane es una diva y no se saca fotos conmigo porque no soy lo suficiente para ella)
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