Mis amigos me miraron mal.
-Marina, hace que dejamos de hacer eso desde los 12 años...
-Jo, es que yo nunca he celebrado Halloween
-¡Qué dices!
No hizo falta decirlo dos veces, saldríamos a celebrar Halloween de la mejor manera posible: con el típico truco o trato.
Hasta que llegase el día, nos preparamos para ello en condiciones; pusimos luces alrededor de la casa, decoramos todas y cada una de las habitaciones (sí, el baño incluido), tallamos calabazas (de la cual estoy muy orgullosa por cierto), fuimos al target a admirar el marketing que se montan los americanos para todas las fiestas, compramos bolsas ENORMES de chocolatinas para los niños que viniesen por casa y en todas las comidas mis amigos y yo intentábamos llegar a una idea para disfrazarnos en Halloween.
La entrada de casa |
Muy proud de mi calabaza |
Mi calabaza junto a la de mi host dad |
Lo dicho, inventan de todo... |
mmm...¿calabazas? |
Me da diabetes solo de mirar |
El colegio encantado |
Dios mío ¡Qué rico estaba! |
Y la fecha llegó, lunes 31 de octubre, y ¡cómo no! esto es América, no se por qué me extrañó ver a gente disfrazada en el instituto...El caso es que llegó la hora de la comida y aún no habíamos escogido nuestro disfraz, y acabó la hora y lo único que sabíamos era que quedaríamos a las seis de la tarde en casa de Eda.
Al llegar a casa, mi host mom me tenía un regalo, ¡me había comprado una bolsa super mona de tela para los dulces que me dieran aquella noche!
Esa misma tarde a las 4 y media nuestro grupo de iMessage sintió un alivio enorme gracias a Taylor: IRÍAMOS DEL MAGO DE OZ. Tenía hora y media para encontrar algo en mi pequeño repertorio de ropa que tengo en América que me hiciese parecer a Dorothy.
Y allí estábamos a las seis de la tarde envolviendo a Alvin en papel de plata (imaginad cuánto aguantó su disfraz) y dispuestos a enfrentarnos a la que sería posiblemente una de las situaciones más embarazosas que hayamos vivido, porque creedme que las caras de los dueños que nos daban las gominolas al ver a chicos de 16 y 17 años haciendo trick-or-treat eran un poema. Eso sí, lo bien que lo pasamos no tiene precio.
Improvisado pero logrado ¿no? |
Y así es como pasé mi primer y único Halloween.Hasta la próxima...
UN BESO ENORME DESDE RAPID CITY HASTA DONDEQUIERAQUEESTÉIS!!!!
Marina.
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